viernes, 10 de junio de 2016

Técnicas Para Curar Hernias Discales : La Nucleoplastia , Microcirugía y La Ozonoterapia


La nucleoplastia o coblación por radiofrecuencia evita abrir quirúrgicamente la zona a intervenir y hace que el paciente deje de tener dolor -en la mayor parte de los casos- tras la operación, esté acompañado o no de afección en las piernas. En el centenar de operaciones que se han realizado en España se ha logrado una eficacia del 90%, tasa similar a las logradas en las más de 20.000 realizadas en el mundo.

La técnica está indicada a pacientes jóvenes o menores de 50 años de edad y se ejecuta con anestesia local o sedación moderada, lo que permite que el paciente pueda abandonar el hospital horas después de la intervención. Para que un enfermo pueda ser atendido con este procedimiento es necesario estudiar el caso con una resonancia, que delimite si la hernia es contenida o no.

Sólo en el caso de las hernias contenidas puede aplicarse este tratamiento percutáneo que consiste en la introducción de una cánula en el núcleo pulposo del disco a través de un orificio de tamaño minúsculo. En la «aguja» se introduce un electrodo que transmite una radiofrecuencia bipolar a una temperatura que oscila entre los 40 y los 70 grados centígrados, produciendo una disgregación molecular sin dañar las estructuras de los tejidos adyacentes.

Otra opción es la microcirugía que tiene una tasa de éxito próximas al 95%, y consiste en una pequeña incisión en la piel y en la exposición con el microscopio quirúrgico del disco herniado, con el que se logra visualizar con detalle su estado. Pero junto a estas técnicas, se están imponiendo otros procedimientos no invasivos como la ozonoterapia, que reduce el volumen del núcleo pulposo del disco comprimido.

Como la nucleoplastia, el empleo del ozono está indicado en jóvenes aunque no logra la misma rapidez en la desaparición del dolor y de los síntomas que provocan las hernias. El sistema es simple: una punción percutánea sirve para introducir una aguja de aspiración hacia el disco afectado, penetrando e inyectando el ozono necesario.

Una vez dentro del disco, el ozono reduce el volumen del núcleo pulposo, que al inflamarse genera presiones sobre los nervios, originando dolor y problemas de movimiento. El ozono disminuye la inflamación y afecta a sustancias neurotóxicas, corrigiendo el volúmen del núcleo y eliminando los problemas. El porcentaje de resultados positivos supera el 80% y no excluye, en el caso de no lograr el efecto esperado, otras técnicas más quirúrgicas.


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